Cúantos de aquí no hemos soñado con un postre fácil de hacer y muy agradecido de comer. Esta receta nos enseña que a veces lo sencillo es muy rico.
Ingredientes:
Una lámina de hojaldre
Un poco de melmelada de albaricoque
Para la crema pastelera:
2 yemas de huevo
250 ml de leche
25 gramos de maizena
40 gramos de azúcar blanco
10 gramos de azúcar avainillado
"Solamente está exento de fracasos el que no hace esfuerzos"-Richard Whately
- Cogemos la leche y la ponemos en un cazo a fuego alto-medio. Cuando empiece a hervir, lo sacamos del fuego.
- Mientras se calienta la leche cogemos las yemas, el azúcar (los dos) y la maizena, y lo ponemos todo en un bol hasta que quede una mezcla homogénia.
- Cuando hierva la leche, ponemos la mezcla del bol al cazo (con la leche) y no paramos de remover para que no se pegue el azúcar al fondo del cazo.
- Después de que se haya espesido, cerramos el fuego y ponemos la crema pastelera en otro bol y lo tapamos con papel film o con un trapo. Cuando esté tebio, lo ponemos en el frigorífico
Después de que se haya pasado diez minutos en el frigorífico, vamos a juntar la crema con la masa de hojaldre.
- Pela las manzanas y córtalas delgadas de modo que queden como las del dibujo.
- Ponemos la masa de hojaldre encima del papel de horno.
- Precalentamos el horno a 200ºC.
- Repartimos generosamente la crema por encima de la masa de hojaldre sin llegar a los bordes de forma que te quedarán como los de la imagen de arriba.
- Ponemos las láminas de manzana encima de la masa de hojaldre.
- Lo horneamos todo de 15 a 20 minutos hasta que la manzana quede doradita y el hojaldre no se queme.
- Ponemos un poco (suficiente) de melmelada de albaricoque en un cazo pequeño para que sea moldeable.
- Mucho antes de que empiece a hervir, lo sacamos del fuego y pintamos las manzanas con una cuchara o un pincel de cocina y dejamos reposar un par de minutos para que quede sólido.
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